No conozco una
sola persona que no se ame a sí misma, una persona que no tenga autoestima. Conozco personas cuya autovalía está en desproporción a sus
características personales. Conozco personas que tienen juicios rígidos sobre
sí mismas, que interpretan sus recursos y características personales como si fuesen erróneas,
enfermas, malas, locas, inadecuadas, anormales, que necesitan cambiarse. Estas
personas de dan cuenta que en realidad aman ser quiénes son, pero les cuesta
trabajo dar el valor justo a su personalidad.
Generalmente,
cuando alguien utiliza la palabra autoestima se refiere a una especie de
sentimiento hacia uno mismo, poniéndolo
en una termómetro que puede subir o
bajar. Las personas suelen decir que alguien que por ejemplo, no cuida su
alimentación tiene baja autoestima.
Esta
noción de autoestima como el amor que uno se tiene a sí mismo, y sobretodo esta
expectativa social, esta obsesión por tener una autoestima alta, en lugar de
contribuir al desarrollo de una vivencia plena, me parece, en muchas ocasiones
contribuye a lo contrario, o por lo menos bloquea el desarrollo.
Autovalía,
es decir la valoración que uno mismo hace de los recursos externos con que
contamos, así como las características individuales, nos permite
hacer un esfuerzo primeramente de reconocer que no estamos solos, contamos con
amigos, familiares, con un trabajo, o con una formación, con una casa
o un carro. Todos los recursos, tanto materiales, económicos, o afectivos, también
contribuyen en nuestro desarrollo. Así mismo, contamos con recursos internos,
como la manera muy particular de resolver los problemas cotidianos, la manera
de llevar a cabo un trabajo, o bien nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad
para ser paciente, o bien nuestro alto nivel de actividad.
Las
características personales en su conjunto pueden servirnos de recursos
internos. Por ejemplo, una persona paciente podría tener un estilo pacífico, no
violento, para resolver problemas, lo que le permitiría tener relaciones
familiares amables y en paz. Esta característica, puede cruzar el umbral y
convertirse en un obstáculo, por ejemplo, de ser paciente, se pasa a la apatía,
dejando pasar los problemas hasta que se acumulen, o bien no enfrentándoles por
temor a perder algo. En cualquier caso, no significa que la paciencia sea una
característica buena o mala, sencillamente puede ser benéfica o perjudicarnos,
en determinados momentos.
Por
el lado contrario, podríamos tener a una persona que suele ser muy protectora
de sus emociones, y muy expresiva, podría ser muy poco tolerante a las
agresiones. Esto no necesariamente significa que tiene una autoestima muy alta,
sencillamente es una característica de su personalidad, que igualmente le puede
beneficiar para defenderse de las agresiones, o perjudicar al reaccionar precipitadamente
lastimando a otros.
Bien,
estoy seguro que todas las personas nos amamos, pero a veces necesitamos ayuda
para poner en perspectiva justa nuestras capacidades internas.